Me llegan mensajes vuestros en los que me decís que las últimas entradas os han emocionado y os han arrancado alguna lágrima. Me decís también que aun así os llega el mensaje positivo que hay detrás de cada post.
Una lectora me comentaba que leer mi blog le ha empujado a replantearse las cosas y que ahora trata de ver la vida del color que a ella le gusta que sea.
¡Madre mía! Podría cerrar ya este blog con la satisfacción de que ha servido para algo.
Sin embargo, siento que todavía quiero compartir algunas cosas con quien esté dispuesto a seguir conmigo.
Después de un par de entradas con mucha carga emocional, y desde la perspectiva que me da el haber cumplido un año más, quizás proceda publicar algo más light.
Coincide además con que el verano toca a su fin y los ánimos están más decaídos. Parece que cuesta horrores madrugar y afrontar esta vuelta al cole lejos de la hamaca y la sombrilla. Y es que, ciertamente, cambiar el traje de baño por la corbata no mola nada.
Ojalá existiera una pócima mágica para eliminar de un plumazo el síndrome postvacacional. Pero mucho me temo que no es posible.
No obstante, tengo un pequeño y sencillo truquito que funciona en cualquier época del año y que sin duda os hará la vida más agradable a vosotros y a los que tengáis cerquita.
Es un método fácil, rápido y barato. No necesita preparación previa, formación, inversión, maletas, reservas ni vacunas contra enfermedades tropicales.
Esta fórmula magistral consiste "simplemente" en SONREÍR.
He comprobado que cuando afrontas el día con una sonrisa en la cara haces que tu vida se torne más alegre. Es como si al sonreír enviaras una señal a tu organismo que desencadenara un efecto positivo e hiciera que todo fuera sobre ruedas. Tu propia sonrisa provoca que te sientas mejor. De hecho, según un spot publicitario de una compañía de seguros, sonreír produce endorfinas, por lo que hay algo de científico en todo esto.
Haz la prueba. Sonríe y comprueba cómo notas que la alegría te invade por dentro. Borra ahora esa sonrisa y cámbiala por un semblante triste. ¿Notas cómo te pesa el cuerpo?
Dicen que la cara es el espejo del alma pero ¿por qué no podría ser el alma el espejo de la cara?
Sonriendo consigues además contagiar ese buen rollo tuyo a todos los que te rodean. Cruzarse con alguien que te regala una sonrisa no tiene precio. Sé generoso. Regálate un cachito de felicidad cada día y regálasela a los demás.
La alegría y las buenas vibraciones se pueden compartir con tan sólo un pequeño gesto y un poco de amabilidad. ¿Qué tal un "buenos días" con una amplia sonrisa a todo el que te cruzas de camino al curro? ¿Cómo crees que le sentaría al barrendero de tu calle un "Have a nice day!" según sales del portal? ¿Tanto te cuesta un "¿Qué tal ha ido el día?" al taxista que te lleva de vuelta a casa? En realidad, no estás haciendo nada extraordinario. No te supone ningún esfuerzo ni un desgaste físico pero te aseguro que funciona. Y quizás mañana estas personas te sorprenderán recibiéndote a ti con una sonrisa. Y, en determinados momentos, una sonrisa es la mejor medicina.
Sonríe aunque algo te preocupe o te duela. Verás cómo la preocupación o el dolor disminuye. Porque una sonrisa en tu rostro no significa la ausencia de problemas, sino la habilidad de ser feliz por encima de ellos.
Anímate e inicia la cadena del buen rollo y pásale el testigo a todos los que tengan la suerte de cruzarse en tu camino hoy. Levántate con buen ánimo y busca al menos un propósito que te ilusione y que te haga encarar el día con ganas y energía. Métete un buen zumo revitalizante, píntate la mejor sonrisa y sal a la calle a comerte el mundo. Siente el poder de la sonrisa para cambiar el universo.
Y si además acompañas esa sonrisa con un andar gracioso, serás la viva estampa de la felicidad. Párate un segundo a pensar cómo andas y verás que no transmites lo mismo cuando arrastras los pies que cuando caminas con ligereza y elegancia. Por la forma de andar conocerás a la gente pero también te conocerás a ti mismo. Camina con alegría y estarás alegre. Ve por la vida sonriendo y la vida te sonreirá.
Te fascinará el efecto que provoca esta actitud en la gente, que irá percibiendo esas buenas sensaciones y la alegría se irá propagando. Sé la cepa de la nueva pandemia. Contagia el buenrollismo y transforma el mundo en sonrisa.
Piensa con cuántas personas te cruzas a lo largo del día, que a su vez se cruzan con otras tantas. ¿Cuántas sonrisas supone eso?
Convirtamos el mundo en un mundo mejor con un millón de sonrisas más al día. Smile and... have a nice day!
Es verdad, lo he experimentado. Pero cuesta horrores... ¡Un abrazo!
ResponderEliminarPoco a poco va costando menos. Have a nice day!
Eliminarme encanta . Hecho!!! esta semana todo sonrisas!!!! un besazo
ResponderEliminarTú ya sonríes mucho así que ¡no dejes de hacerlo!
EliminarTe leo tarde pero, me encanta Elisa!! Me recuerda el consejo q nos da una amiga en su estado de whatsapp: "Cuando estés triste, recuerda que la vida es como un espejo, te sonríe si la miras sonriendo". Buen consejo también, verdad??
ResponderEliminarHola, Pepa. ¡Sí! ¡Es exactamente eso! Le robo la frase a tu amiga ;-)
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