Hace unos meses tuve la suerte de conocer a un gurú de la meditación, el monje Bhante Kondanna, y desde entonces algo ha despertado dentro de mí.
En realidad no fue fruto del azar pues yo ya había sentido curiosidad por investigar un poco qué era eso que aportaba tantísimos beneficios asombrosos, según aseguraban algunas personas que ya lo practicaban. Así que cuando un cliente me pidió que interpretásemos la charla de este monje supe que tenía ante mi una oportunidad de oro para descubrir el fascinante mundo del mindfulness (o conciencia plena).
Y allá que me fui, muy open-minded, valga la redundancia.
Y allá que me fui, muy open-minded, valga la redundancia.
Ciertamente flipé con la intervención de Kondanna, no sólo por lo que nos contó, que también, ni por lo peculiar de su atuendo mostaza con gorrito de lana y sandalias con calcetines blancos, que por supuesto que también, sino por cómo lo contaba. Transmitía tanta serenidad y sencillez que en seguida me cautivó. Y las dos sesiones de meditación que tuve después con él no hicieron sino reafirmar este flechazo.
En palabras del propio Bhante, profesor de meditación de celebrities como Richard Gere o Shakira, "la concentración más profunda nos permite darnos cuenta de la naturaleza de los pensamientos para distinguir los positivos de los negativos, cultivando lo beneficioso y desechando aquello que puede hacernos daño."
¡Guau! ¡Cómo mola! ¡Poder elegir lo que uno quiere y lo que no!
¡Guau! ¡Cómo mola! ¡Poder elegir lo que uno quiere y lo que no!

El concepto de mindfulness consiste en focalizar toda la atención en el presente y SENTIR y disfrutar -de verdad- lo que estamos viviendo. El aquí y ahora. Sin angustiarse por el futuro ni darle vueltas al pasado. Porque si fuésemos capaces de permanecer en el presente, haciendo caso omiso de lo que ya ha pasado y sin preocuparnos por lo que va a pasar, apenas sufriríamos. Lo pasado, pasado está y es evidente que deja heridas pero trata de cerrarlas pronto y disfruta de todo lo que la vida te está ofreciendo en este instante, sin arrastrar penas de ayer y sin agobiarte por lo que pasará mañana pues a veces sufrimos a cuenta innecesariamente. Esto último no es de ningún gurú tibetano, sino de mi padre, más sabio que muchos sabios, y que ya desde pequeña me decía: "No te preocupes por lo que aún no ha llegado porque quizás no ocurra. Si surge un problema, ya lo resolveremos pero no sufras por adelantado."
Y es que vivimos demasiado deprisa y malgastamos mucha energía intentando organizar nuestras vidas para que todo encaje cuando lo fundamental es poder conectar con nosotros mismos, en lugar de vivir proyectados hacia afuera. Ya lo decía el mismísimo John Lennon: "La vida es aquello que te va sucediendo mientras estás ocupado haciendo otros planes".
Sí, señores, la felicidad está aquí y ahora. No dejes que se te escurra planificándola...
La clave estaría entonces en bajarse de este tren de alta velocidad para recorrer el camino de la vida a pie, despacito, disfrutando del momento presente, respirando hondo, sintiendo, palpitando, empapándote de todas las sensaciones que te llegan a través de los cinco sentidos y de todo cuanto te alimenta el espíritu.
La clave estaría entonces en bajarse de este tren de alta velocidad para recorrer el camino de la vida a pie, despacito, disfrutando del momento presente, respirando hondo, sintiendo, palpitando, empapándote de todas las sensaciones que te llegan a través de los cinco sentidos y de todo cuanto te alimenta el espíritu.
¿Y si de verdad fuera posible aprender a levantar el pie del acelerador y ralentizar el ritmo de vida? ¿Y si no fuera tan complicado sacarle todo el jugo a cada una de tus vivencias? ¿Y si te detuvieras cada día un instante a sentir el sol en la cara, la arena en los pies o la lluvia en el pelo?
Eso es precisamente el mindfulness: un antídoto contra el estrés. Una gimnasia para aprender a reducirlo y mejorar la capacidad de concentración para -nada más y nada menos- ser feliz.
"Una solución contra la época del multitasking", según afirma Benedetta Poletti, directora de Elle. "Un running sin agujetas", continúa. El Carpe Diem del siglo XXI.
Anímate. Inventa tu propio mantra, busca tu rinconcito, elige tu postura y respira...
Porque todos deberíamos meditar por lo menos 20 minutos al día, a no ser que estés demasiado ocupado. En este caso, deberías meditar una hora.
Me ha gustado. Es la filosofía que creo que lleva intentando aplicar el ser humano desde la revolución industrial porque, en el fondo, nos sentimos incompletos, vulnerables. Vivimos demasiado deprisa, obsesionados con lo material y angustiados por el qué dirán. Vacíos de contenido espiritual, la rutina material nos desborda y nos pierde en un pragmatismo basado únicamente en la competitividad y en la acumulación de "cosas". Pero las "cosas" se quedan cuando nosotros nos vamos y de esto, normalmente, sólo nos percatamos cuando ya es tarde y somos ya mayores.
ResponderEliminarEl vive ahora, aprende del pasado y mira al futuro de reojo me lo recuerdo cada día. Es una historia vieja ya, que deberíamos saberla de memoria, pero tan fácil de olvidar y tan difícil de perpetuar. Esta filosofía de vida está reñida con las expectativas, con la ambición, con las reglas sociales y, a veces, hasta con los sentimientos. Mantener la mirada fija en el ahora a veces da vértigo y arruinaría muchas justificaciones y permisos que nos damos en nuestra forma de actuar. Si consiguiéramos hacerlo el 10% de nuestro tiempo el mundo probablemente no sería como es hoy.
¡Te seguiré leyendo!
Javier
Muchas gracias por tu comentario, Javier.
ResponderEliminarLo de "mirar de reojo al futuro" me encanta. Creo que es más realista que lo de no pensar en él jamás. ;-)
La verdad es que yo llevo un tiempo intentándolo pero es complicado. Aunque lo de no pre-ocuparse por el futuro eso si lo llevo mejor y lo de disfrutar el momento también. Por cierto me encanta tu blog. Un beso y que sigas feliz.
ResponderEliminarYa se te ve que practicas el carpe diem, Juanita. Sigue probando lo de la meditación, ya verás que de repente un día ¡zas! Sale solo. Un beso fuerte y ¡gracias por seguirme! ;-)
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