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¡¡Gracias!!

Hoy cumplo 40 años. ¡¡40 años!! Con un poco de suerte, estoy en el ecuador de mi vida así que resulta inevitable echar la vista atrás y hacer balance de mi primera media vida.

4 décadas cargadas de vivencias y de recuerdos que tan pronto me hacen sonreír como me encogen el corazón.

Pero me encanta el punto en el que me encuentro ahora. Reconozco que no es, ni de lejos, la vida con la que soñaba de pequeña. No se parece en nada al cuento de princesas y príncipes que tanto le gustaba a esa niña romántica y soñadora que yo era, que se dejaba el pelo largo por si algún día algún joven apuesto necesitaba la trenza para escalar a su balcón.
Hace tiempo que ya no creo que en los príncipes. Yo soy más de Infantes... ;-)

Sin embargo, me siento muy afortunada y afronto mi otra media vida con la mochila llena de ilusión, proyectos importantes y mucha energía. En mi bola de cristal veo el fruto de la cosecha de mi primera media vida: felicidad, paz y grandes momentos compartidos.

Y mientras analizo los años pasados, desfilan por mi mente todas aquellas personas que me han acompañado en este primer viaje y que, para bien o para mal, han marcado una etapa en mi vida.
A todos ellos quisiera agradecerles su paso por ella porque yo no sería yo sin ellos.

Gracias especiales y desde lo más profundo de mi corazón a mi familia. A todos los que la componen. Porque la familia no se escoge, te toca de serie. Pero si hubiera tenido que elegirla, sin duda, me quedaría con la mía. 

Gracias por encima de todo a mis padres. Por vuestra dedicación incansable e incondicional. Por estar ahí siempre, a las duras y a las maduras; permanentemente en la retaguardia para cuando hacéis falta. Gracias por hacerme sentir que puedo contar con vosotros. Gracias por vuestra generosidad desmedida, por vuestra fe ciega en nosotros y por cuidarnos tanto. Gracias por hacer las cosas difíciles tan fáciles y por vuestro ejemplo. No hubiera podido tener mejores padres ni mejores abuelos para mis hijos. Gracias por ser los pilares de nuestras vidas.

Gracias también a mis hermanos & Co. Teneros cerca allana mucho el camino. Gracias por lo que significáis para los niños. La figura de los padrinos se queda corta con vosotros.

Y gracias a todo el resto de la familia. Es una suerte teneros y compartir esos momentazos con vosotros. A todos: abuelos, tíos, tíos abuelos que son como abuelos, primos hermanos que son como hermanos, primos segundos que son como primos hermanos y primos terceros que son como primos segundos... A todos, ¡gracias!

Gracias a mis amigos.
A los que estáis conmigo desde pequeña, desde que soñaba con príncipes azules y fornidos marineros que vendrían a rescatarme. 

Gracias, colegui, por embarcarte conmigo en esta regata de la vida. Gracias por tantas y tantas horas de risas, por esos momentos de felicidad absoluta, en el agua y en tierra. Gracias por seguir todavía a mi lado recordándome que no hay que tenerle miedo a la vida y que ahora toca disfrutar, sin temer al futuro.

Gracias a mi enfermera particular por prescribirme protección para mi corazón y por vacunarme contra los virus de la maldad y el desamor.

Gracias por esos paseos de juventud por la playa, esas partidas de billar en la buhardilla a 40ºC y esas conversaciones eternas sobre lo humano y lo divino. Gracias por tu apoyo incondicional en momentos clave de mi vida que no olvidaré jamás y gracias por hacerme madrina de esa preciosidad. Gracias por formar parte de mi familia.

Gracias a los que llegasteis después. A los que me acompañasteis en la aventura del descubrimiento de la vida por Madrid, Inglaterra y mil sitios más. Gracias por abrirme el horizonte y enseñarme a soltarme la melena.

Gracias muy especiales a la persona que más he querido en mi vida. Gracias por poner mi mundo patas para arriba y hacerme sentir la persona más feliz del Planeta. Gracias por hacerme creer, por un instante, que eras mi príncipe azul. Gracias por esos años de felicidad inconmesurable, que bien merecieron la pena. Gracias por ese cachito de vida tan maravillosa que siempre permanecerá en mi retina. Gracias por esos dos regalos extraordinarios y gracias por seguir luchando en esa guerra que te ha tocado luchar. Sabía que la ibas a ganar. No tires la toalla nunca.

Gracias a tanta gente que ayudó a que mi etapa en Madrid fuera un pequeño fragmento de ese cuento de hadas. Habéis conseguido que mi corazón se sienta madrileño. Gracias por esos cafés en Icade, esas copas por Malasaña y esas fiestas en Arturo Soria. Gracias por esas gélidas tardes en Pozuelo y esas largas conversaciones en la urba. Gracias por esas Coronitas en el Marga al son de los Hombres G. Gracias por esos tés reconstituyentes en los despachos de la UAX, con una nube de risas y llantos a partes iguales. Gracias por estar siempre ahí, chicas. Gracias por esos abrazos que me dais que me recargan las pilas y por vuestros sabios consejos. Gracias por ser la jefa más guay y las mejores compañeras de trabajo del mundo. Gracias de corazón por hacer que la distancia Madrid/Alicante sea siempre tan corta.

Gracias a todos los que me ayudasteis a embalar toda una vida en Madrid, con patadas a las cajas de la mudanza incluidas, entre sonrisas y lágrimas, y por no permitir que se me cayera el mundo a los pies.

Gracias a todos los que entrasteis en mi vida a mi regreso y me conocisteis con el alma herida de muerte. Gracias por recomponerla y empujarme a seguir. 

Gracias por traer la alegría a mi nueva urba, con ese optimismo y esa eterna sonrisa, sister. Gracias por adivinar siempre cuándo te necesito y por ponerle los puntos sobre las íes a mi vida. ¡¡Te he echado mucho de menos este verano!!

Gracias a mi letrada favorita. Gracias por ese "Eli, ¿cómo te encuentras" y por ese "No pasa nada. Cuenta con nosotros". Y por regalarle a mi hijo a su mejor amigo.

Gracias por responder al mensaje de mi botella y salvarme del naufragio. Gracias por tu comprensión infinita, por tanto amor y por cuidarme tantísimo. Gracias por acompañarme en los momentos en los que la tormenta arreciaba con más fuerza y ayudarme a borrar de mi vida tantos y tantos temores. Gracias por hacerme sentir persona y por quitarme el miedo a seguir navegando y por hacerme ver que los barcos no siempre se hunden. Gracias por brindarme la oportunidad de volver a vivir.

Gracias también a los que estuvisteis en algún momento en mi vida y salisteis de ella. En este caso, gracias especialmente por marcharos. Hago memoria y afortunadamente veo que solo sois dos.
Gracias por la lección de vida que me disteis. El precio fue muy caro pero gracias a vosotros camino por la vida con los ojos bien abiertos y los pies en la Tierra. Gracias por confirmarme que los príncipes azules no existen, por mucho que se disfracen de caballeros con borlas, y por enseñarme que la ambición, el egoísmo y la cobardía pueden con una amistad de 30 años. Bueno es saberlo.

Gracias a los que estuvisteis y volvéis a estar. Gracias por regresar a mi vida para encender la chispa de nuevo y reavivar las ganas de continuar la travesía pillando olas y sonriendo. Gracias por recordarme el significado de Carpe Diem y transformar 40 años en 40 rugientes. No te vuelvas a ir tan lejos. Quédate cerquita.

Y me guardo las últimas gracias para la razón de mi vida. Gracias a mis dos ángeles de la guarda que activan cada día los engranajes de mi maquinaria.
Gracias por esas sonrisas y esos ojos que iluminan mi vida.
Gracias por cuidarme tanto y por darle todo el sentido a la palabra AMOR.

A todos y cada uno de vosotros: GRACIAS y ojalá sigáis acompañándome 40 años más.



8 comentarios:

  1. Me has hecho emocionar. Eres una persona muy afortunada, por todo y a pesar de todo. ¡Muchas felicidades!

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  2. Qué repaso tan entrañable y agradecido a tu "corta" pero intensa vida, Elisa. ¡Muchas felicidades! Y disfruta otros 40, 50 o los que sean más, con esa misma gratitud. Un abrazo

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  3. dios... son las 8 de la mañana y ya me has hecho llorar....gracias!!!!
    Eres increíble.

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  4. Ufff!!! Vaya tela!!! Hay que ser muy valiente para decir todas las cosas que sientes a las personas que quieres. Creo que todos seríamos más felices y mejores personas si hiciéramos lo mismo que tú. Te quiero y te deseo muchísima felicidad.

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