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Quizás... (por todo eso y mucho más)

Ya lo sabes... Quizás no debería haber cruzado mi mirada con la tuya. Porque así no me habrías hecho sonreír. Quizás no debería haber sonreído. Porque así no me habrías respondido con tu sonrisa y no habría sentido ese primer escalofrío que ya hacía presagiar todo lo que vendría después...

Quizás no debería haberme dejado cautivar por esa sencillez tan complicada. Ni por ese porte casual tan estudiado que te cae como si tal cosa. 

No permitirme soñar con tu encanto ni responder a tus invitaciones hubiera sido el golpe de gracia certero a la historia tan maravillosa que estaba a punto de nacer.

E imaginé una sucesión de vidas contigo, en las que el miedo y el dolor no tenían sentido y en las que sólo cabían risas, paz y comprensión. Un mundo calentito y resguardado de las atroces bombas que están cayendo ahí afuera.
Porque ese mundo existe y tocarlo con las manos recompone todos los pedacitos que hay en mi. Los más pequeñísimos también.

Quizás no debería haber probado el sabor de tus besos ni el efecto reparador de tus caricias. Me acariciaste el alma y se secaron las lágrimas. Me besaste el corazón y comenzó a latir de nuevo.

Quizás no debería haber bailado ese lento contigo, descalza y con los pies fríos, ni haber hecho nuestra esa canción. Porque ahora no serías la banda sonora de mi vida.

Quizás no debería haberme sentido tan protegida en tus abrazos ni debí rendirme ante tus palabras, aparentemente inocentes aunque cargadas de valor. Quizás pequé por confiar en que ya todo había pasado y que las calmas de enero habían llegado para quedarse. O quizás quise acostumbrarme demasiado pronto a tu presencia y me refugié muy a ciegas en tus cuidados.

Me pregunto si quizás no habría sido más prudente no haber alentado esa ilusión y no haber despegado los pies del suelo nunca. Alzo el vuelo y mantenerme en lo alto ya no depende sólo de mi.


Quizás no fue buena idea imaginar un futuro contigo. Un futuro mucho más corto de lo deseado y privado de experiencias que, compartidas contigo, habrían sido alucinantes; pero un proyecto común en el que los protagonistas son robados de otra película que nunca ha sido la nuestra y que se llaman Amor, Respeto, Entrega, Confianza y Esperanza.

Y es que quizás no debería haber sacado ese guión de las pantallas del cine. Porque yo no soy Jennifer Aniston y tú no eres Jeremy Irons. Y porque pretender encajar todas las piezas, las tuyas y las mías, que un día saltaron por los aires puede que fuera demasiado ingenuo.

Por todo esto y por mucho más, quizás no debería quererte. Y, por todo eso y por mucho más, TE QUIERO.


2 comentarios:

  1. Elisa, que bonito, que bueno, que reconfortante... sigue escribiendo cada día

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