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Vivir

Nacer, respirar, aprender, andar, jugar, descubrir, admirar, confiar, correr, saltar, preguntar, divertirse, soñar, construir, decidir, compartir, crecer, encontrar, reír, enamorarse, apostar, madurar, entregarse, anhelar, crear, renunciar, desear, ilusionarse, partir, comprometer, querer, vibrar, mimar, luchar, agradecer, dar, recibir, sentir, enloquecer... caer, levantar, recaer, disimular, esperar, decepcionarse, rezar, comprobar, derrumbar, perderse, doler, temer, descomponerse, implorar, llorar, sobrevivir, desgarrar, mentir, romper, arrastrar, pesar, suplicar, asumir, resistir, derramar, aguantar, sangrar, desencajar, fingir, sufrir, rendirse, dormir... despertar, tomar aire, incorporarse, vaciar, rechazar, desprenderse, caminar, empujar, imaginar, tener fe, proteger, dejar atrás, perseguir, avanzar, soltar, despedir, perdonar, reconstruir, empezar, recordar, apoyar, acompañar, esperar, buscar, sembrar, recibir, ver crecer, querer, pedir, animar, transmitir, alcanzar, recuperar, despojar, emprender, hallar, seguir, dar gracias, corregir, compartir, lograr, comprender, afrontar, ilusionar, echar de menos, proyectar, cosechar, encajar, aceptar, aterrizar, sonreír, calmar, serenarse... abrir los ojos, encontrar, sorprenderse, descubrir, fascinarse, reír, tararear, bailar, amar, confiar, admirar, atreverse, saborear, agradecer, palpitar, entregar, recibir, disfrutar, regalar, prometer, relajarse, desear, invitar, contagiar, latir, confesar, temblar, necesitar, valorar, planificar, soñar, revivir, imaginar, alucinar, celebrar, despreocuparse, sonreír, respirar, cerrar los ojos y descansar...


Esta vida sin ti...

En este día de Todos los Santos, existen muchas maneras de conmemorar a los que ya no están con nosotros, según las diferentes culturas. El único punto en común en todos los rincones del mundo es el hecho de lamentar que una persona se haya ido.
Lloramos la marcha de alguien y nos teñimos de luto y dolor.

Yo me pregunto si sería posible incorporar las despedidas en nuestras vidas de una manera menos traumática. Porque es algo que vamos a tener que hacer a menudo, nos guste o no. A unos les diremos adiós porque se marcharán para siempre. A otros porque tomarán un camino distinto del nuestro. Pero a todos debemos dejarles marchar y aceptar que su vida en la nuestra ha dejado de tener sentido.

Echar de menos a alguien es no resignarse a su ausencia porque cuando queremos a alguien deseamos que se quede con nosotros eternamente. Pero ¿no es también una forma de amar desearle a ese alguien que sea feliz, aunque sea lejos de ti? ¿Y no nos haría sufrir menos aceptarlo desde la alegría y no desde la tristeza?

Una vez leí en algún sitio: "Si echas de menos a alguien, acuérdate de él y mándale energía. Deséale felicidad y sigue tu camino". Siempre con serenidad y una sonrisa. Nunca con pena.
No sigas esperando ni soñando con su regreso. Si se ha ido es porque tocaba.


En cierto modo, es lo mismo que ocurre con los hijos. Según explica Saramago, un hijo es sólo un préstamo que se te hace mientras él no puede valerse por sí mismo y que llega a tu vida para enseñarte a amar sin condiciones. Pero, al cabo de un tiempo, debes devolverlo. Este hijo pertenece a la vida, al destino y a su propia familia.

En base a esto, la marcha de los demás seres queridos podría ser un alquiler. Arriendas su presencia en tu existencia por un tiempo determinado pero luego debe pasar a otro arrendatario. Y es que nada es eterno ni nada es tuyo para siempre.

En el caso de las personas que se han ido y no pueden volver porque se han ido demasiado lejos, procura que todo cuanto te hizo -y te hace- sentir y todo lo que te ha ido entregando en vida tenga más peso que el dolor que deja su marcha. 
En esta ocasión, más que un préstamo o un alquiler, se podría entender como una donación. Quédate con todo lo que te ha regalado. No permitas que tus lágrimas te impidan ver aquello que habéis compartido. Mucho de eso permanece en ti aunque esa persona ya no esté físicamente. Porque, de alguna manera, no se ha ido del todo. 

Como bien me decía alguien especial, hay gente que nunca sale por completo de tu vida, pues siempre quedan los campos de trigo -aludiendo a El Principito- que mantienen viva a esa persona a través de los recuerdos.
  

Esos recuerdos, los sentimientos y las sensaciones nunca se van del todo. Su presencia quizás sí. Su legado es tuyo eternamente...

Al fin y al cabo, cada uno de nosotros somos una pequeña parte esencia propia y otra mucho mayor cachitos de otros.
¿No crees que si asumiéramos esto lloraríamos menos en las despedidas?